vidas, ya sean individuales o sociales, al Dios que las entiende, y escuchar la palabra que guía y da poder y salva. Sin esta conversación se nos pasaría por alto el verdadero autor del texto bíblico: no los autores que redactaron los pasajes, sino el autor que a través de su voluntad, de su amor y de su fidelidad a sus criaturas, anduvo con ellas como anda con nosotros en nuestros caminos. El hablar nosotros y el escuchar a Dios entre las líneas del texto bíblico, la honesta, humana y total conversación